Visitas Regias
En el año 1881 Antonio López y López, primer Marqués
de Comillas, invita al Rey Alfonso XII, con quien le unía una gran amistad, a su tierra natal.
La visita, que se fijó para el 6 de agosto, fue determinante para el posterior devenir de
Comillas. Ésta se vio inmersa durante meses en un continuo ajetreo con una única finalidad,
transformar la villa en un lugar digno de reyes. Y sin duda lo consiguieron.
La villa se engalanó en sus accesos con magníficos arcos de bienvenida que representaban los distintos oficios de la localidad. Pero sin duda, uno de los hechos más espectaculares para aquel día fue la disposición a lo largo de la villa de 30 farolillos que debían iluminarse con la llegada del Rey. Este hecho determinó que Comillas se convirtiese en el primer pueblo de España con luz eléctrica en sus calles.
Para esta ocasión, Alfonso XII vino acompañado de su mujer María Cristina, sus hermanas y su hija. Se alojaron en la casa de Ocejo, cuyos interiores habían sido transformados al gusto de la época por varios decoradores y artesanos catalanes. En los jardines, se instaló un kiosco-fumador diseñado por un joven Gaudí, aún desconocido. Y esta casa fue escenario además, de la celebración el 5 de septiembre de un congreso de ministros, para lo cual Comillas tuvo que convertirse por un día en capital de España. Asistieron, además del propio Rey, el entonces presidente del Consejo, Sagasta y los generales Pavía y Martínez Campos.
Los otros dos grandes acontecimientos en aquellos días, fueron, la presentación al Rey del primer buque español con casco de acero y la inauguración de la Capilla-Panteón.
El Rey repite su visita a la villa al año siguiente, el 26 de julio de 1882. En esta ocasión acudió solo, si bien el 23 de agosto se unen a él su madre, Isabel II y las infantas Paz y Eulalia. La llegada de la Reina supuso para Comillas algo similar a lo vivido el año anterior. Se repite la recepción con arcos de bienvenida, cañonazos, cohetes y repique de campanas, a su llegada a Portillo. Isabel II y sus hijas permanecen en la villa hasta el 27 de septiembre, dedicando su tiempo a baños en la playa, visitas a otras localidades, fiestas en la Coteruca o en la casa de Ocejo e incluso romerías, como la celebrada el 24 de agosto en la Cruz Verónica. Pero uno de los acontecimientos más especiales fue la celebración en el Ayuntamiento de diversas conferencias con sesiones teóricas y experimentales sobre las aplicaciones de la electricidad, llevadas a cabo por los mejores especialistas de la época.
Estas visitas regias ejercerán como un imán para burgueses enriquecidos y aristócratas en su afán de estar próximos a la corte y serán además, uno de los puntos desencadenantes de la gran transformación que sufrirá un pueblo, hasta entonces desconocido para la mayor parte de España, y que pasa a convertirse en el lugar de ensayo del Modernismo.
Las visitas reales a la villa, se sucederán posteriormente con Alfonso XIII, quien aún cuando tenía fijada su residencia veraniega en el Palacio de La Magdalena, en Santander, frecuentó Comillas varios veranos.