Patrimonio natural

Cisne

Comillas cuenta con un entorno natural privilegiado, integrado por un lado, por un  paisaje costero, en el que playas, acantilados y la Ría de la Rabia son los protagonistas y por otro, por un paisaje de interior, configurado por verdes praderas que se disponen como antesala del Monte Corona.

 

Parte del territorio de Comillas está integrado en la Red Natura 2000, red ecológica a nivel europeo, catalogado como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). Ello garantiza la conservación y  restauración de la riqueza ecológica de nuestro municipio.

 

Por otro lado, alrededor del 50% del territorio municipal forma parte, junto a San Vicente de la Barquera y Valdáliga, del Parque Natural de Oyambre. Se trata de una de las zonas más valiosas del litoral cántabro por su riqueza faunística, botánica y paisajística.

 

Uno de los espacios más peculiares de Comillas, por su gran valor ecológico, es la Ría de la Rabia, que forman los ríos Turbio y Capitán en su desembocadura. Es un hábitat excelente para las numerosas aves acuáticas que invernan en la zona o descansan en ella durante las largas migraciones.

 

Junto al puerto de Comillas se encuentra la playa, de fina y dorada arena, con algo más de 500 metros de longitud; en los meses de verano se convierte en el principal centro de ocio de la localidad.

 

Pero para quien busque tranquilidad, no le faltarán zonas para caminar disfrutando de la naturaleza, para descubrir recónditos y silenciosos lugares tanto al borde del litoral como en el Monte Corona. Éste, se localiza al sur del municipio, y durante siglos ha sido uno de los principales focos de aprovechamiento forestal de la zona. A la extracción de madera para la construcción de embarcaciones en un principio,  se le une en décadas más recientes, el desarrollo de una industria maderera que poco a poco fue convirtiendo este espacio en una masa boscosa de repoblación (pinos y eucaliptos). No obstante, aún perduran manchas de especies autóctonas como hayas, abedules, castaños y robles que contribuyen al uso recreativo de estos espacios.

 

Es también reseñable la diversa fauna del Monte Corona, entre la que destacan numerosas aves como el cernícalo, cárabo, gavilán, chotocabras, petirrojo o jilguero, además de pequeños mamíferos como la ardilla, zorro, tejón o jineta.